Pidió a un grupo de experimentadores que escribieran todas las cosas que les preocuparían en los próximos siete días el domingo por la noche y luego las pusieran en una gran "caja de preocupaciones". El domingo de la tercera semana, abrió la caja frente al experimentador y comprobó cada "problema" con los miembros uno por uno. Resulta que las preocupaciones de los 90 en realidad no sucedieron.
Luego, pidió a todos que volvieran a tirar esos 10 "problemas" reales a la caja de cartón y esperaran tres semanas antes de pensar en una solución. El día del resultado, después de desempacar la bolsa, descubrió que los 10 problemas restantes ya no eran del experimentador, porque todos tenían la capacidad de solucionarlos.
La felicidad es una especie de sabiduría. En lugar de sufrir en el laberinto de problemas y dificultades que te preguntas y respondes tú mismo, es mejor encontrar una razón sencilla para hacerte feliz y dejarte ser feliz poco a poco.