Decían los antiguos: "El hilo en manos de una madre amorosa sirve para confeccionar ropa para su hijo descarriado. Los cose con cuidado y los repara a fondo, por temor a retrasar su regreso a casa, pero ¿cómo ¿Cuánto cuesta una pulgada de hierba? El amor es recompensado con tres rayos de primavera "El amor de madre es como el brillante sol de la primavera, que me trae calor y luz. El amor de madre es como un paraguas firme y tranquilo en el viento fuerte, que me protege del viento y la lluvia; el amor de madre siempre me ayuda y motiva cuando tengo dificultades. Ese tipo de amor sedoso se ha convertido en mi fuerte respaldo y me hace sentir vacío todo el tiempo.
El amor de mi padre era profundo e informal. El amor de mi padre siempre me da la guía adecuada cuando cometo errores. Cuando tengo problemas, el amor de mi padre siempre me da la guía correcta... Si el amor de mi madre es tan profundo como el agua, entonces el amor de mi padre es tan espeso como una montaña.
Hablando de mis padres, mi corazón se llena de infinita gratitud. Mis padres pagaron mucho por mi crecimiento. ¿Cómo debo pagar esta bondad?
Mis padres me enseñaron cómo hacer las cosas y cómo comportarme desde pequeña. Me hablaron de la Gran Marcha de 40.000 kilómetros, de Mao Zedong y Zhou Enlai, de Lei Feng, del bombardeo de búnkeres por parte de Dong Cunrui... Me dijeron que tuviera cuidado, que fuera sincero con los demás, que no mintiera, que aprendiera. ser tolerante, respetar a los mayores y amar a los jóvenes, saber devolver la bondad, saber ser recompensado por el fracaso...
¿Para qué sirve todo esto? Solía pensar ingenuamente que era natural que los padres cuidaran de sus hijos. Mirando ahora hacia atrás, qué gran espíritu fue ese. A veces siempre me pregunto qué tipo de poder los motiva. No lo entiendo, pero puede que sea un deber, un amor por los niños, desinteresado o cariñoso, pero no hay duda de que son realmente buenos con nosotros, efectivamente.
Cada mañana mi madre me prepara el desayuno, cada mediodía me prepara el almuerzo y por la noche me prepara la cena, pero cada vez que come sigue trabajando. Cuando estudio por la noche, mi padre viene a darme clases particulares y me enseña a responder todas las preguntas con seriedad y a no ser descuidado. Mis padres me educan todos los días.
Cada día así nos hace felices. Cada día como este es ordinario y extraordinario. Cada día es una cosa pequeña, pero es una cosa grande. Ante la bondad de mis padres, debo transformar mi gratitud en acciones prácticas de piedad filial. ¡Cuidemos todos de nuestros padres!