¿Cuál es la mejor educación que los padres pueden dar a sus hijos?

Creo que la educación más eficaz para los niños reside en tres aspectos: predicar con el ejemplo, empezar desde el principio y amar incondicionalmente.

El primero es predicar con el ejemplo. Cuando Ball cumplió tres años, comencé a desarrollar mis propios pasatiempos, como leer, escribir y pintar. La mayoría de los niños eligen el tiempo libre después de quedarse dormidos y antes de despertarse. Para ahorrar tiempo, después del trabajo, normalmente no miro mi teléfono ni veo programas de televisión y paso todo el tiempo con mis dos hijos. Recientemente, mi hija escribió un ensayo "Mamá, eres mi modelo a seguir", en el que "A mamá no le molestaban nuestras voces. La miré en silencio y escuché el sonido de su escritura ..." La eficiencia del aprendizaje de mi hija ha aumentado. Ha mejorado recientemente. Ha aprendido mucho y puede utilizar con flexibilidad los métodos de gestión del tiempo que le enseñé. Creo que mis esfuerzos tocarán a los niños que me rodean y les permitirán ver los incansables esfuerzos de sus padres y esforzarse por ser ellos mismos.

La segunda es empezar desde el final. Esto también debería basarse en los padres que, a través de la meditación, recuerdan desde el momento de su muerte. Qué tipo de persona quieren ser los padres, sacan a relucir el sueño supremo de sus hijos. Para que sus hijos tengan ese día, infieren qué deben hacer al educar a sus hijos y cuáles son sus objetivos. Se puede ver claramente que el estado actual del niño es solo una etapa de crecimiento. La educación es un proceso desde el nacimiento hasta la muerte. La educación no se limita a la educación en el hogar. Deberíamos enseñar a nuestros hijos a darse cuenta del tipo de vida que quieren y a esforzarse por conseguirla. Cuando los niños crecen en la naturaleza y tienen el poder de ser ellos mismos, pueden seguir forjándose en el horno de la sociedad.

El tercero es el amor incondicional. A menudo decimos "hijos de otras personas" porque siempre tenemos expectativas demasiado altas para nuestros hijos. Este tipo de expectativas nos hará ignorar el progreso actual de nuestros hijos y comparar siempre nuestras propias debilidades con las fortalezas de otros niños. Parece que los niños sólo merecen todo nuestro amor si se convierten en lo que queremos que sean. De hecho, debemos hacerles saber a nuestros hijos que el hogar es su refugio y aceptar todos sus éxitos, fracasos y tristezas. Nuestro amor es incondicional y no nos arrepentimos. No impongas ideas de adultos a los niños. Ellos simplemente vienen a este mundo a través de nosotros y tratan de ser ellos mismos. La esencia de la educación no es sólo aprender conocimientos, sino convertirse en una persona independiente con salud física y mental.