En primer lugar, presta atención al baño. Los padres pueden dar acceso al baño a sus hijos hasta los tres años. Durante el proceso de entrar al baño, puedes transmitir conocimientos de género a tus hijos, y también puedes mostrarles tu cuerpo y contarles las diferencias entre hombres y mujeres. Pero los niños mayores de cuatro años deben prestar atención al bañarse. Es muy importante que los padres bañen a los niños juntos y las madres bañen a las niñas juntas, ya que esto ayuda a establecer la conciencia de género y los límites de privacidad en el niño.
En segundo lugar, evitar a los niños a la hora de cambiarse de ropa. Algunos padres no tratan a sus hijos como seres humanos ni como personalidades independientes. Al cambiarse de ropa, es inevitable que su hijo sea el tutor del mismo sexo que su hijo. Esto está bien por el momento, pero la diferencia de género entre el tutor y el niño afectará la educación sexual si se cambia de ropa con frecuencia delante del niño. Los niños sentirán curiosidad por el cuerpo del sexo opuesto. Si no ven las respuestas correctas de sus padres, explorarán por su cuenta cómo lastimar a otros o ser lastimados por otros.
En tercer lugar, no vayas al baño delante de tu hijo. Lo mismo ocurre con ir al baño, especialmente si el sexo del tutor es diferente al sexo del niño. Algunos padres piensan que no hay necesidad de prestar demasiada atención a dejar la puerta abierta al ir al baño en casa, esto siempre transmite un concepto equivocado a sus hijos. No es necesario cerrar la puerta cuando se utiliza el baño. Si continúas con este comportamiento mientras usas el baño afuera, los demás te observarán y los malos se aprovecharán de ello.