Para las grandes centrales eléctricas, la generación de energía térmica puede lograr una eficiencia satisfactoria porque el tamaño de las unidades es lo suficientemente grande. Sin embargo, las centrales eléctricas equipadas con unidades gigantes no pueden depender de los usuarios debido a diversas condiciones y tienen que concentrarse. generar electricidad transmitida a los usuarios por la red eléctrica. Sin embargo, la flexibilidad de la generación de energía no puede satisfacer las necesidades de los hogares. La red eléctrica a veces presenta un pico y otras presenta un valle a medida que cambia la carga eléctrica del usuario. Para adaptarse a los cambios en la carga eléctrica, es necesario reservar algunas unidades o construir centrales eléctricas de almacenamiento por bombeo para prepararlas para emergencias. Esto generalmente se hace a expensas de la eficiencia de la red eléctrica. Alrededor del 70% de la energía de combustión en las centrales térmicas tradicionales se consume en grandes equipos como calderas y turbogeneradores, y durante el proceso de combustión se emite una gran cantidad de sustancias nocivas. El uso de pilas de combustible para generar electricidad convierte directamente la energía química del combustible en energía eléctrica sin necesidad de combustión ni piezas giratorias. Teóricamente, la tasa de conversión de energía es del 100% y la eficiencia real de generación de energía del dispositivo puede alcanzar entre el 40% y el 60% independientemente de su tamaño. Se puede utilizar directamente en empresas, restaurantes, hoteles y hogares para lograr la cogeneración de calor y energía sin transmisión de energía ni pérdida de calor, y la eficiencia energética general puede alcanzar el 80%. El dispositivo es modular.
La evolución histórica de las pilas de combustible
En 1839, Grove en Inglaterra inventó la pila de combustible. Esta sencilla pila de combustible de hidrógeno y oxígeno con negro de platino como electrodo catalizador encendió las luces de una sala de conferencias de Londres. Mood y Langer adoptaron por primera vez el nombre de pila de combustible en 1889 y alcanzaron una densidad de corriente de 200 mA/m2.