Naturalmente, bajo este tipo de educación decidida, la mayoría de los hombres japoneses se convirtieron en herramientas para que los gobernantes lanzaran guerras en ese momento. Después de que los líderes impusieron las condiciones de reclutamiento correspondientes, todos se unieron activamente al ejército. Y las mujeres japonesas tampoco están ociosas. Para las personas amantes de la paz o para los hombres cansados de la guerra, sus métodos son aún más emocionantes. Para aquellos que se unen activamente al ejército o que dudan en unirse al ejército, las mujeres japonesas toman la iniciativa de buscar matrimonio para poder ir al campo de batalla sin ninguna preocupación; utilizan sus vidas como moneda de cambio. Mientras sus maridos dejen de jugar, ella se suicidará, ya sea que esté recién casada o no, es completamente "renunciar a la familia por todos". Es más, se unirá directamente a las filas de las mujeres de consuelo y usará sus cuerpos para inspirar. o animar a los que están luchando en otros países a los soldados japoneses, esto es una locura.
Con la bendición de una japonesa tan loca, los hombres japoneses se unieron al ejército como locos. Nunca pensaron en cuánto daño causarían sus acciones a la gente de otros países. Lo único que quieren no sólo es obtener honores militares después de la guerra, sino también volver a casa y abrazar a su hermosa madre. En este sentido, el editor sólo puede decir que la función de lavado de cerebro en la educación japonesa es demasiado poderosa y que tanto hombres como mujeres están locos por participar en la guerra. Todo el país es como un hospital psiquiátrico, sin orden.
Impulsados por la psicología de lucha casi patológica en todo el país, el número de soldados japoneses no es difícil de explicar. Sólo después de que Japón realmente pierda en el campo de batalla estos locos podrán calmarse. El editor cree que el entusiasmo de los japoneses por unirse al ejército reside en última instancia en la educación japonesa. El verdadero propósito de la educación japonesa no es cultivar excelentes talentos japoneses, sino formar un equipo que sólo sepa luchar.