En las actividades literarias, el mundo, el autor, la obra y el lector forman una relación general de penetración, interdependencia e interacción mutuas. El autor expresa sus sentimientos a través de sus obras, el mundo queda registrado a través de sus obras y los lectores conocen al autor y el mundo a través de sus obras. Por otro lado, los lectores pueden contribuir al florecimiento de la obra leyendo y pensando, y aprender más sobre su propia obra entendiendo al autor y al mundo. Los autores, los lectores y el mundo están interconectados y se refuerzan mutuamente, y las obras son el puente y el vínculo entre ellos.
Datos ampliados:
El proceso de flujo compuesto por los cuatro elementos de la literatura debe incluir la objetivación del poder esencial humano para convertirse en una actividad literaria. En otras palabras, lo que llamamos actividades literarias no sólo se refiere al proceso formado por los "cuatro elementos de la literatura", sino más importante aún, a las once relaciones que se pueden establecer con los objetos, que son el desarrollo pleno del poder esencial humano. En las actividades literarias, la relación entre sujeto y objeto está siempre en proceso de desarrollo y cambio. Por un lado, es la objetivación del sujeto, y por otro, es la subjetivación del objeto. Sólo en este proceso de interacción bidireccional pueden demostrarse plenamente los atributos sociales y estéticos esenciales únicos de la literatura.