Pero en la práctica, deberíamos centrarnos más en "enseñar" que en "gestionar".
Primero, veamos la importancia de “enseñar”.
El propósito de la educación es cultivar la autonomía y la creatividad de los niños y animarlos a explorar y desarrollar su potencial.
En el proceso de educar a los niños, debemos ayudarlos a darse cuenta de sus propias habilidades y fortalezas, y al mismo tiempo ayudarlos a descubrir sus propios defectos y guiarlos para superar estos problemas.
Esto requiere que demos a los niños suficiente estímulo y apoyo para que puedan explorar por sí mismos y encontrar soluciones a sus propios problemas.
Por ejemplo, cuando un niño se encuentra con un problema, podemos guiarlo para que piense y lo resuelva por sí mismo en lugar de darle una respuesta o solución de inmediato.
En segundo lugar, debemos prestar atención al papel de la "gestión".
A medida que los niños crecen, hay que sujetarlos y guiarlos adecuadamente para evitar que cometan errores o sufran daños.
Por ejemplo, en el aprendizaje de los niños, necesitamos establecer planes de estudio estrictos y disciplinas de aprendizaje para garantizar que los niños aprendan de manera ordenada.
En las interacciones sociales de los niños, debemos guiarlos; que establezcan valores y ética correctos para evitar que se dejen influenciar por mala información.
Sin embargo, en el proceso de educación de los niños, si la "gestión" es excesiva y se ignora la "enseñanza", puede tener un impacto negativo en el crecimiento del niño.
Si siempre interfiere demasiado en el comportamiento de su hijo y restringe su libertad de movimiento, es fácil que su hijo se vuelva dependiente y carezca de autonomía y creatividad;
Por otro lado Por otro lado, si sólo te centras en la “Enseñanza” y la falta de sujeción y orientación de los niños puede provocar que los niños sufran demasiados contratiempos y lesiones durante su crecimiento.
Por lo tanto, la enseñanza y la gestión son importantes, pero se debe poner más énfasis en la “enseñanza”, permitiendo a los niños explorar y desarrollar sus propias habilidades y potencial de forma independiente, al tiempo que se les proporciona la moderación y orientación adecuadas cuando sea necesario.