? ——Notas de lectura del capítulo 7 de "Psicología de la educación"
? Como dice el refrán: "Una buena palabra calienta el invierno, pero una mala palabra lastima a la gente en junio". Tanto a los adultos como a los niños les gusta que los elogien, los alienten y los afirmen, especialmente los niños. "Los buenos niños son elogiados." El estímulo y los elogios regulares estimularán el potencial ilimitado de los niños y promoverán su crecimiento saludable. Sin embargo, los elogios también son un arma de doble filo. Si se utiliza correctamente, a menudo se lograrán resultados obvios. Un uso deficiente e inadecuado suele ser contraproducente.
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? En primer lugar, los elogios deben darse de forma clara y sistemática.
? Por ejemplo: 1. Deje que los estudiantes comprendan claramente que para recibir elogios, deben comportarse apropiadamente.
? 2. Deje que los estudiantes sepan claramente qué comportamientos o logros específicos pueden ser elogiados. Por ejemplo, "Todos los miembros del grupo pueden hablar activamente", no sólo "El líder del grupo hizo un buen trabajo".
Si el nivel de elogios es demasiado bajo, por muy triviales que sean las cosas, los elogios serán recompensados. Por lo tanto, los elogios deben ser moderados, las recompensas no deben exagerarse y, lo que es más importante, deben evitarse las recompensas excesivas.
En segundo lugar, hágales saber a los niños que los elogios son reconocimiento más que evaluación.
Por ejemplo: 1. Elogie y aprecie los esfuerzos, logros y comportamientos de los estudiantes, especialmente cuando los estudiantes participan en comportamientos que ayudan a otros.
No elogies a tus hijos por lo que pueden hacer cada día. A veces los elogios pueden llevar al engaño.
2. No juzgues a los estudiantes por su desviación sexual o su personalidad. Felicítalos uno por uno, no como individuos.
En tercer lugar, establece un estándar de elogios basado en las capacidades y defectos de cada persona.
Por ejemplo: 1. Elogiar a los estudiantes por su progreso o logros debido a su propio esfuerzo.
2. Deje que los estudiantes se centren en su propio progreso en lugar de compararse con los demás.
En cuarto lugar, atribuir el éxito de los estudiantes a sus esfuerzos y habilidades, permitiéndoles ganar confianza en que pueden volver a tener éxito.
Por ejemplo: 1. No sugiera a los estudiantes que el éxito se puede lograr mediante buena suerte, ayuda externa o tareas sencillas.
2. Pida a los estudiantes que describan su problema y expliquen su proceso de resolución del problema.
En quinto lugar, que los elogios tengan realmente un efecto reforzador.
? Por ejemplo: 1. No intente influir en el resto de la clase elogiando a algunos estudiantes. Esta estrategia a menudo resulta contraproducente porque los estudiantes pueden ver lo que usted está tratando de hacer. Además, puede poner al estudiante elogiado en una situación embarazosa.
2. No elogies inmerecidos a los estudiantes reprobados sólo para lograr un equilibrio. Esto es de poco consuelo para los estudiantes.
Los estudiantes tampoco encuentran la manera de tener éxito.
3. No “sigas al perro”: elogios seguidos de críticas, como “Hiciste un buen trabajo en tu tarea esta semana”.
Pero, ¿por qué no? ¿Serás así todas las semanas?”
6. Reconocer el éxito real
Por ejemplo: 1. Recompensar a los estudiantes que logren metas específicas.
2. No recompense a los estudiantes que están callados pero no atentos en clase.
3. Elogie a los estudiantes por sus habilidades mejoradas o logros valiosos. Por ejemplo, el profesor puede decir: "Me di cuenta de que respondiste todas las preguntas".
Las he revisado dos veces y por tus calificaciones se puede ver que eres serio y cuidadoso. "
En nuestra educación y enseñanza, usar los elogios con habilidad y ser bueno en los elogios definitivamente estimulará el potencial ilimitado de los estudiantes y se convertirá en una fuerza impulsora inagotable para su crecimiento saludable.