Cómo escribir prosa para chicas de secundaria

Al final del otoño, el tiempo nos quita la vitalidad y la vitalidad, dejando solo pétalos marchitos en el suelo, exagerando la tristeza de todas las cosas. Las hojas caídas caen al mundo y completan su misión de la temporada. ¿Llorar, celebrar o despedirse de este mundo por última vez?

No lo sé, lo único que tengo que hacer es coger el bolígrafo y escribir el camino hacia el éxito. Un libro es mi mundo. El romance mundano no tiene nada que ver conmigo, las cuatro estaciones no tienen nada que ver conmigo y el mundo de los mortales no tiene nada que ver conmigo. Camino en el mundo de los libros. La ligera fragancia del papel y la tinta contiene cultura antigua, registra la distancia recorrida por los seres humanos e interpreta la abstinencia del mundo microscópico. ......

Hay una escena desolada fuera de la ventana, y la lluvia fina y continua es fresca. Mirando las montañas a lo lejos, hay una especie de nubes azules y espesas como mi estado de ánimo. El polvo común es demasiado desolado y solo puedo esconderme en un libro por un momento para expresar consuelo.

La pluma fluye a finales de otoño, solo ella puede escribir hermosas palabras con hermosos gestos, como flores de colores que florecen en el papel pálido, agregando un toque de vitalidad a esta estación que simboliza el marchitamiento. .

Dentro de más de 200 días voy a participar en la "entrevista" más justa de mi vida. Nosotros, los "entrevistadores", coreamos el lema "lucha" y entramos en batalla vestidos con uniformes. Ya no somos niños amados por el mundo. La carga del crecimiento es nuestra. En estos días de madurez, nos esforzamos por tejer un capullo. Aunque a veces nos sentimos imprudentes y trabajamos muy duro, aun así logramos "salir del capullo y convertirnos en mariposa" después de más de 200 días.

Basado en el presente, el tiempo está en el centro, por muy bueno que sea el tiempo, los niños que corren no pueden detenerse y mirar, siguiendo los pasos de la juventud, galopan hacia el país de sus sueños. A quién le importa viajar por montañas y ríos, dejando solo huellas y sudor en el camino.

Lo que tenemos que hacer en esta época es abrir el libro, sujetar el bolígrafo, escuchar la llovizna fuera de la ventana, anotar los años más bonitos de la vida al final del otoño, dejar que las flores ¡Florece en el corral, allana el camino para la lucha y lucha hacia la nación de los sueños!