Después de clase, tuve una charla sincera con los estudiantes y descubrí que los estudiantes en realidad estaban muy nerviosos al responder preguntas e incluso sudaban. Dijeron que tenían miedo de cometer errores y de estar insatisfechos con sus profesores. El rostro del profesor es un "barómetro". Cuando descubren que hay un problema con la expresión del maestro, rápidamente ajustarán el contenido de su discurso o dejarán de hablar. Si la expresión del profesor es una sonrisa, eso es seguro y estará dispuesto a continuar la conversación. La expresión del profesor es inestable, las respuestas de los estudiantes serán vacilantes y la expresión del profesor será más rica.
El pensador de la Ilustración francesa Rousseau dijo: "No estoy de acuerdo con todo lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo". Esto es exactamente lo que nuestros profesores necesitan. El nuevo concepto curricular exige el establecimiento de una nueva relación profesor-alumno en la educación escolar y la construcción de un ambiente armonioso y armonioso de aprendizaje. En clase, a los estudiantes no se les deben dar expresiones tan ricas, ni deben interrumpir sus expresiones. Se espera que los estudiantes respondan y expresen sus opiniones, no sólo con el profesor, sino también con sus compañeros.
Hagámoslo simple. Además de escuchar, lo único que tenemos que hacer es sonreír.
La sonrisa es el único mensaje que transmite confianza a los alumnos. Los profesores deben creer plenamente en las capacidades de los estudiantes, dar el ejemplo de que escuchen atentamente las opiniones de los demás y enseñarles a tratar los discursos de sus compañeros de la misma manera. Anime a los estudiantes con una sonrisa y nunca los interrumpa para permitirles terminar y expresar plenamente sus opiniones. Incluso si el punto de vista del alumno es incorrecto o la respuesta está incompleta, el profesor siempre debe sonreír y no sacar conclusiones precipitadas. Debido a que hay muchos estudiantes esperando para expresar sus opiniones, tal vez su conclusión sea la opinión del siguiente estudiante. Desarrollamos el buen hábito de escuchar atentamente las opiniones de los demás. Una vez formado este hábito, creo que nuestros estudiantes gradualmente se volverán más organizados y lógicos al expresar sus opiniones personales, y sus expresiones serán fluidas.
Los profesores dan el ejemplo e insisten en sonreír y escuchar siempre cuando los estudiantes expresan sus opiniones, respetando a los estudiantes, y los estudiantes también tratarán correctamente las opiniones de sus compañeros, para que podamos ver una nueva aula, un nuevo maestro. -Relación entre estudiantes y nuevos compañeros La aparición de relaciones.
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