El río gana dignidad durante la temporada de crecidas. Cada pocos años, le dicen a la gente que los ríos no deben tomarse a la ligera. Si te paras al borde de un río y miras el agua en otoño, notarás la velocidad del agua. La pasión del agua es suficiente para sorprenderte. Es el galope de un caballo salvaje y un largo discurso en el desierto de un pensador liberado de prisión. Es la comidilla del año en el río. Le dice a la orilla del río que el agua es gratuita, que no pueden interceptarla, que no pueden construir una presa, que deben dejarla fluir hacia abajo; el agua del río le dice a la gente de la orilla que ninguno de ustedes tiene una fe más firme que el agua. La fe del río es el océano. Qué creencia tan simple de que el océano es confiable y su amplio y profundo abrazo es seguro.
Pensando en la lectura del río en la vida en prosa
El río es un secreto para quienes viven a lo largo de él.