2. En segundo lugar, como padre, debes aprender a observar. Los niños son individuos independientes. Lo que tenemos que hacer es ayudarlos a darse cuenta de la dirección de su propia vida, no la dirección establecida por nosotros, y ayudarlos a explorar sus propios pasatiempos y potencial. Lo más importante es establecer en sus corazones un principio y una perspectiva de la vida, que es el resultado final de la vida, para que no crucen algunas líneas morales y legales de alto voltaje en el futuro. Al mismo tiempo, debemos aprender a animar a los niños y desarrollar su confianza en sí mismos.
Por último, lo más importante es aprender a comunicarse, que es la mejor forma de resolver distanciamientos. A veces los niños no toman la iniciativa de comunicarse con sus padres. Podemos hablar con los niños mientras vemos la televisión o nos entretenemos. En este momento, la defensa psicológica del niño es la más vulnerable. Necesitamos saber a partir de la conversación qué tipo de atención y orientación les falta a nuestros hijos, para que puedan integrarse bien en la familia, y sólo así la familia y la relación triangular podrán ser estables (es decir, igualdad mutua).
Una familia en la que los padres rodean a sus hijos es incompleta y cerrada. Si bien es agradable en la superficie, todos esconden algo detrás de escena.