¡Al educar a los niños, debemos poner el "amor" en primer lugar! ¿Cómo lo hiciste?

El niño podrá sentir verdaderamente tu amor, su propia personalidad e inteligencia emocional mejorarán, será amable con las personas y las cosas que lo rodean y se tomará en serio el aprendizaje. Independientemente del nivel de coeficiente intelectual, los niños crecerán en una familia amorosa, serán positivos en todo y tendrán buena capacidad para soportar el estrés. Como dice el refrán, si tu estado de ánimo es tranquilo, los demás seguirán tu ejemplo.

Yo también soy padre de niños. La forma en que educo a mis hijos se puede resumir en:

Primero, encontrar ventajas y progresar. El niño está en cuarto grado y regresa a casa del colegio los fines de semana. Mis preguntas generalmente son sobre si me desempeñé bien en clase, cuántas preguntas respondí, a cuántos podios asistí, quiénes son las buenas personas y las buenas acciones en la clase, quiénes recibieron más elogios y qué estudiantes fueron nombrados estrellas de la clase en esta clase. semana. Permítale buscar primero sus propias fortalezas y luego las de otros estudiantes, para que pueda saber dónde lo ha hecho bien y dónde necesita aprender de los demás, logrando así una mejora simultánea en el pensamiento y el aprendizaje.

2. Déjate llevar cuando llegue el momento de dejarlo ir, deja que los niños enfrenten brechas y dificultades, crezcan de forma independiente y encuentren su propia dirección. Mantenga cierta distancia con sus hijos. Los padres deben respetar a sus hijos de manera equitativa y racional, mantener un poco de discreción y darles un poco de libertad. Este es un amor verdaderamente de alta calidad por los niños. Crear condiciones y oportunidades para que los niños experimenten actividades sociales de dedicación y amor, y cultiven las virtudes de preocuparse por los demás, respetar a los maestros y ayudar a los demás. Cuando los niños fracasan, los padres no deben quejarse ciegamente, predicar sin rodeos, y mucho menos acusar, sino alentar activamente y guiar con paciencia. La autoestima de un niño es todavía muy frágil y no puede soportar un golpe demasiado fuerte. En este momento, los padres necesitan más amor y tolerancia para nutrirlos.

En tercer lugar, ver el mundo con tus propios ojos. Las diversas cosas que sucedían a su alrededor todos los días le permitieron comprender las causas y consecuencias de las cosas y expresar sus sentimientos con sus propias palabras, aunque solo pudiera decir unas pocas palabras. La perseverancia a largo plazo puede cultivar gradualmente su capacidad para analizar problemas, lo que no solo ayuda a desarrollar buenos hábitos de comportamiento, sino que también le ayuda a recopilar materiales de escritura.

El amor es el pilar que sustenta la vida de una persona. Si una persona no tiene amor, ¿de qué sirve vivir? Por eso, desde que nace un niño, hay que educarlo en el amor. Incluso cuando sea mayor, se lo pasará genial.