¡Enséñale a tus hijos sobre higiene, empezando por las pequeñas cosas de cada día!

Como padres, somos los mejores maestros de nuestros hijos. Nos cepillamos los dientes y nos lavamos la cara juntos todos los días, ordenamos los platos, limpiamos el baño y nos duchamos juntos por la noche.

Cosas Divertidas de Todos los Días

¡Haz que las cosas cotidianas sean divertidas! Al principio se pueden utilizar pequeñas recompensas para animar a los niños a participar. A medida que se desarrollen hábitos, los niños comprenderán la importancia de la higiene.

Método de comparación

Pruebe el método de comparación para que sus hijos sientan la diferencia entre limpio y desordenado. ¿Qué entorno es más popular? ¿Ropa limpia o ropa sucia? ¿Estará dispuesto su hijo a jugar con usted si no se ducha?

Hábitos

Recuerde, los hábitos son fáciles de formar cuando los niños son pequeños, ¡pero difíciles de cambiar cuando son mayores!

Enseñar con el precepto y el ejemplo

Decían los antiguos que “de debajo del palo surge un hijo filial”, pero ahora nosotros abogamos por predicar con el ejemplo. Si el ambiente es limpio y ordenado, los niños naturalmente amarán la belleza; si los padres dan el ejemplo, los niños naturalmente imitarán. ¡La corrección oportuna, la orientación paciente, los elogios y el aliento ayudarán a los niños a enamorarse de la higiene!