Un párrafo que describe las naranjas

Aquí hay un párrafo que describe las naranjas como referencia:

A la gente le gustan mucho las naranjas. Sólo de pensar en su sabor agridulce se me hace la boca agua. Hay muchos tipos de naranjas, como las naranjas sin semillas, los kumquats, las mandarinas y las mandarinas... Las naranjas son planas y redondas, como una rueda pequeña, sólo del tamaño de mi puño. La mayoría de las cáscaras de naranja son amarillas y algunas son de color verde oscuro.

Cuando pelas la cáscara de naranja, sale una fragancia refrescante. Las naranjas del interior están una al lado de la otra, como si estuvieran discutiendo asuntos importantes. Ponte la naranja en la boca, dale un mordisco, el jugo salpicará y tu boca quedará agria y dulce, lo que hará que a la gente le guste cada vez más comerla.

Las naranjas están llenas de tesoros. Es rico en azúcar, vitaminas, proteínas, grasas, etc. Tiene el efecto de humedecer los pulmones y aliviar la tos. La piel de naranja puede prevenir el mareo, tratar los sabañones y el estreñimiento... Sin embargo, todo tiene dos caras. Las naranjas contienen mucho caroteno. Si comes demasiadas de una vez o seguidas recientemente, tu piel se pondrá amarilla. Así que come adecuadamente.

2. Cuando era niño, cuando estaba aprendiendo a jugar, mi madre siempre me traía una naranja pelada. Estaba muy pensativa y temía que yo no tuviera tiempo de pelarlo, así que me lo peló con anticipación. Sin embargo, sus acciones siempre me vuelven impaciente o desdeñoso. Siempre había pensado ingenuamente que las naranjas no tenían semillas porque lo único que comía era la deliciosa y jugosa pulpa de la naranja.

A medida que crezco, aprendo más y más conocimientos. Finalmente un día, la maestra nos dijo en clase que las naranjas tienen carozo. ¿Pero por qué las naranjas que me da mi mamá no tienen semillas? Le planteé esta pregunta al profesor.

La maestra reflexionó un rato y me dijo misteriosamente: "Cuando tu madre te vuelva a traer naranjas, si miras con atención esas naranjas, encontrarás algo diferente. Cuando llegue a casa, madre mía". Tráeme un plato de naranjas.

Los pétalos de naranja reposan tranquilamente sobre el plato blanco. Recogí los pétalos de naranja y los miré con atención. Noté que cada segmento de naranja tenía una pequeña grieta. En ese momento, de repente me di cuenta de que no hay naranjas sin semillas en el mundo, ¡solo amor maternal pleno!