Un ensayo que describe el amor de un padre por el amor de una madre.

Un ensayo que describe el amor del padre por la madre;

Año tras año, siempre hay muy pocos días juntos.

Al salir de casa nuevamente, mis padres y yo comenzamos una vida de menos reuniones y más separación. La realidad es realmente cruel y obliga a las personas a tomar sus propias decisiones en la vida. Cada vez que me alejo, no me atrevo a mirar atrás y mirar a mis padres a lo lejos. No pude evitar vivir una vida cruel e interminable. Sólo puedo avanzar con valentía.

Al mirar a mi padre y a mi madre ancianos, me siento culpable. Se están acercando a la vejez y todavía están trabajando para ganarse la vida en el futuro. Deberían disfrutar de su vejez en paz, pero debido a las dificultades de mi vida, no puedo darles estabilidad en su vejez y confiar en ella para pasar el resto de sus vidas. Todavía necesitan utilizar el amor paternal y maternal más profundo del mundo para calentar mi vida positiva.

Cuando era niño, siempre tenía ganas de crecer rápidamente. Siento que cuando sea mayor podré llegar más lejos, alejarme de ellos y disfrutar de paisajes más hermosos. Pero ahora entiendo que la mayor felicidad en la vida es estar con la persona que amas. Las habituales molestias del amor parecen tan dulces hoy. Cómo me gustaría poder volver hace diez años. Cuando era despreocupada y mis padres aún eran jóvenes, podía ser tan coqueta como quisiera, rodar en el lugar y dejar que el polvo y el amor se mezclaran en mis lágrimas.

Ahora, al otro lado de la montaña de dinero, desearía poder escuchar siempre las enseñanzas de mis padres, pero cada vez que hago una llamada telefónica, la profunda culpa desaparece. Me pregunto si esta breve llamada telefónica puede borrar su soledad estos días, reducir sus preocupaciones y brindarles algo de consuelo.

Recuerdo vivir en una casa de barro cuando era niño, lloré y les dije a mis padres que tardaría más de 20 años. Cuando tenga dinero, construiré una casa grande y envejeceré contigo. Hasta el día de hoy sigo en el camino de la lucha. Mi corazón codicioso siempre quiere luchar unos años y dejarlos esperar. Quizás este sea el engaño de la vida.

En esta vida caótica, tengo muchas ganas de estar en tus brazos y de rodillas para siempre, queridos papá y mamá.

Quizás algún día, después de que mi carrera sea exitosa, volveré a mi vida con mis padres y lograré la felicidad que anhelo.

En esta temporada de primavera, mirando a lo lejos, ¡te extraño mucho!

Ahora que pienso en el sufrimiento que he sufrido, debo agradecer a Dios por su misericordia. Gracias, mis queridos padres.