La revolución comercial se manifestó en la expansión del mercado mundial, el aumento de los tipos de mercancías en circulación y el cambio de rutas y centros comerciales. Después de la apertura de la nueva ruta aérea, áreas del mundo previamente aisladas han podido comunicarse entre sí. Se puede decir que se ha dado el primer paso hacia el fortalecimiento de las conexiones entre varias regiones del mundo. Por tanto, el comercio entre Europa y África, América y Asia se desarrolla día a día y el mercado mundial se expande. La expansión del mercado mundial también significa que cada vez aparecen más productos nuevos en los mercados de varios países, especialmente muchos productos agrícolas que se extienden desde América hasta Eurasia. Con la apertura de nuevas rutas, el centro del comercio mundial se ha desplazado de la costa mediterránea a la costa atlántica. Ciudades comerciales como Venecia y Génova en Italia decayeron y fueron reemplazadas por ciudades como Lisboa y Sevilla. Los puertos de ambos lados del Mar del Norte vinieron de atrás y ocuparon cada vez más una posición central en el comercio marítimo.
En segundo lugar, otra consecuencia de la apertura de nuevas rutas es la "revolución de los precios".
La manifestación de la revolución de los precios fue que la plata fluyó de América a España, luego de España a Génova y finalmente incluso al Imperio Otomano. Cuando la plata fluye hacia el este, los precios aumentan rápidamente y las monedas se deprecian en las zonas por las que pasa. El aumento vertiginoso de los precios tiene un profundo impacto en el desarrollo social de los países europeos. La revolución de los precios contribuyó a cambios en las relaciones de clases en los países europeos. En primer lugar, los terratenientes feudales que cobraban rentas en moneda fija de la manera tradicional vieron reducidos sus ingresos reales debido a la devaluación de la moneda, cayendo en la pobreza y la bancarrota; en segundo lugar, los propietarios de talleres artesanales, los agricultores capitalistas y la nueva aristocracia obtuvieron enormes ganancias; No sólo pueden comprar mano de obra más barata, sino que también tienen muchos productos para vender. Se puede ver que la revolución de los precios aceleró efectivamente el declive del sistema feudal y el desarrollo del capitalismo. Pero la revolución de los precios jugó un papel diferente en España. A principios del siglo XVI, la dinastía española de los Habsburgo siguió una política de dominación de Europa y gastó su enorme riqueza en actividades militares y políticas. Para poder llevar una vida lujosa, los nobles españoles gastaban dinero como agua, lo que llevó a una situación en la que el oro y la plata enviados desde las colonias americanas eran rápidamente transferidos a proveedores y acreedores de otros países. Las actividades coloniales llevadas a cabo por España sólo pueden servir, en gran medida, como vestidos de novia para otros. La riqueza que saqueó de las colonias no se convirtió en capital industrial, sino que sólo fluyó hacia países como Gran Bretaña y Francia.
Tercero. La apertura de nuevas rutas marítimas demostró la teoría de la geosfera.
Cuarto. La apertura de nuevas rutas ha preparado las condiciones para la formación del mercado mundial.
Como resultado, el mundo comenzó a romper con su anterior aislamiento y aislamiento, fortaleció las conexiones y gradualmente comenzó un nuevo proceso de integración.
Quinto. La colonización temprana y el saqueo también comenzaron con la apertura de nuevas rutas.
Los imperios coloniales liderados por España y Portugal llevaron a cabo una temprana expansión colonial en Asia, África y América Latina, y comenzó la era colonial occidental.