Cuando era niño, me gustaba añadir mucha azúcar a mi café. Entonces, cuando era niño, el café siempre era dulce. Así como la infancia siempre es feliz.
Los adolescentes tienen muchas preocupaciones extrañas. Como resultado, el café también tiene un sabor diferente. Además del dulzor, también hay un toque amargo.
Ahora, no sé por qué, pero siempre hay demasiada tristeza. Por tanto, hay menos dulzor en el café.
De hecho, no todo el café es amargo. Asegúrese de probar lentamente cuando beba. Descubrirá que tiene mucha fragancia en su ligero sabor amargo. Agregar demasiada azúcar destruirá su sabor original. Así es la vida. Sólo saboreándolo con atención podrás conocer su verdadero sabor.
La vida es como una taza de café sin nada añadido, es ligera y amarga, pero si la pruebas con atención, encontrarás su dulzura.
No sé qué tipo de café me gustará en el futuro. Después de todo, no soy un santo, pero sé cómo hacer que esa taza de café funcione para mí en mi vida. Sólo trabajando duro para alcanzar los objetivos que te propongas podrás sacar a relucir la maravillosa taza de café de la vida.
Sé que habrá mucha insatisfacción en la vida, pero ¿no es esto una especie de ganancia? Sólo experimentándolo sabrás lo difícil que es ganar, y sólo bebiendo mucho café sabrás cuál es mejor para ti.
Después de experimentarlo, lo encontrarás hermoso. Como el café. Cuando lo pruebes, la fragancia permanecerá en tus labios y dientes.
Entonces, llegué a la conclusión de que la vida es como una taza de café amargo. Tiene un sabor amargo, pero el amargor lo acaba. No importa lo difícil que sea la vida, debemos seguir adelante.