Primero, actualizar conceptos y permitir que los docentes establezcan el concepto de atreverse a innovar.
Desde la nueva reforma curricular seguimos estancados en la línea de salida. Otros han adquirido experiencias exitosas, pero hay más profesores que simplemente están observando, y mucho menos aplicándolas en nuestras aulas. Esto requiere actualizar los conceptos de los docentes y cultivar su sentido de innovación.
En segundo lugar, una planificación razonable permite a los profesores experimentar el éxito y la alegría de la innovación en su trabajo habitual.
En tercer lugar, aprovechar la oportunidad para hacer de la formación y el aprendizaje de los docentes la fuerza impulsora de la innovación práctica.
En cuarto lugar, construir una plataforma para guiar a los docentes a llevar a cabo innovación empresarial en competencia.