En primer lugar, haga planes detallados lo antes posible.
El tiempo de planificación debe ser lo más temprano posible. Por ejemplo, al elegir un cónyuge, debemos considerar si es probable que sea un buen padre y una buena madre; debemos preparar una relación estable, segura y saludable; un espacio cálido de crecimiento para el nacimiento del niño; debemos tener más cuidado en qué tipo de personas queremos que sean nuestros hijos y cómo cuidarlos y guiarlos a medida que crecen.
En segundo lugar, ayude a los niños a lograr un comienzo perfecto.
Un buen comienzo es la mitad de la batalla. Por supuesto, este comienzo perfecto no requiere que los niños sepan algunas palabras antes que otras. Para el comienzo de la vida, lo más importante es formar una personalidad sana, tener autoestima y confianza en uno mismo, creer que se puede afrontar el mundo con éxito y amistad, y afrontar la vida con una sonrisa. En la infancia de los niños, debemos acompañarlos tanto como sea posible para hacerles saber que son importantes y que los cuidamos; darles tanta afirmación y elogios como sea posible para hacerles saber "soy genial". Con atención positiva, los niños desarrollarán gradualmente algunas ventajas, como buena inteligencia, personalidad amigable y una gran capacidad de autocuidado. Estos les ayudan a seguir ganándose el aprecio y el apoyo de quienes los rodean después de salir de casa.