Antes que nada, leer un libro es como hablar con su autor, uno nunca se aburrirá. Las dulces historias del libro me alegran, mientras que las tristes me ganan la simpatía y la lástima.
En segundo lugar, la lectura puede ampliar mi vocabulario. Cuando encuentro una palabra nueva, puedo entenderla fácilmente con la ayuda de su contexto. También puedo aprender a usarlo y recordarlo firmemente.
En definitiva, los libros son el amor de mi vida y la luz que ilumina mi vida.