Almacenar significa ordenar las cosas desordenadas. Ésta es una dimensión espacial. Por tanto, si quieres que tu hijo aprenda a almacenar bien, lo primero es proporcionarle un entorno de vida propicio para el almacenamiento. Por ejemplo, una madre puede darle un juguete a su hijo, colocarlo en un lugar fijo y decirle que debe colocarlo en su lugar original después de usarlo. Lo mismo ocurre con la ropa y el calzado que compras habitualmente. Para evitar que los niños se olviden, las madres pueden poner un logo en cada parte. Además, después de que el niño va a la escuela, la madre también debe permitirle intentar organizar su mochila, material de oficina y material didáctico. Se recomienda preparar un paquete de tutoría para su hijo. El paquete del tutorial es grande y viene con muchos paquetes auxiliares pequeños. La bolsa principal puede contener materiales didácticos y libros de tareas, y la pequeña bolsa auxiliar puede contener artículos de papelería u otras cosas, lo que también es útil para moldear los hábitos de almacenamiento de los niños.
Mejorar la conciencia sobre el almacenamiento
Si los niños quieren aprender a almacenar rápidamente, las madres deben ayudar a sus hijos a mejorar su comprensión del concepto de almacenamiento y comprender completamente su valor. Antes de enseñar a los niños a guardar cosas, las madres deben hacerles saber que existen ciertas reglas para la colocación de los diferentes objetos. Por ejemplo, diferentes tipos de artículos deben abrirse al público por separado, como ropa, pantalones, zapatos, juguetes, etc. Juntar artículos del mismo color y forma aumentará su conciencia sobre el almacenamiento. Sólo cuando los niños comprendan el concepto de almacenamiento podrán realmente organizar los artículos.
Mira libros ilustrados y vídeos sobre niños.
Para los niños más pequeños, la capacidad cognitiva de cosas nuevas no es fuerte. Si su madre les dice qué es el almacenamiento y cómo hacerlo, es posible que no lo comprendan profundamente. En este caso, la madre puede mostrarle algunos libros infantiles ilustrados o vídeos relacionados con el almacenamiento. Las expresiones lingüísticas relativas, las pinturas y los vídeos no sólo son más competitivos para los niños, sino que también se adaptan a la vida diaria y facilitan una mejor comprensión de los niños.
Aplicación de políticas de incentivos
La atención de los niños a una cosa es relativamente efímera. Cuanto más pequeños son, más corta es la duración. Sin embargo, el desarrollo de hábitos también requiere persistencia en el tiempo. . Si el niño quiere desarrollar el hábito de almacenar lo antes posible, ¿por qué no intentar aplicar las políticas de recompensa existentes? Por ejemplo, después de que el niño organice los juguetes, la madre puede permitirle ver diez minutos adicionales de series de televisión. día. El uso de esta forma de retroalimentación positiva no sólo puede estimular su entusiasmo por el almacenamiento, sino también promover la formación de hábitos.