Establece reglas claras
¡Dile a tus hijos que luchar no es un acto heroico! Establezca límites y consecuencias claros para que conozcan las consecuencias de sus acciones.
Escucha a los niños
¿Por qué siempre mueven sus puñitos? Podría ser un pequeño desafío en el manejo de tus emociones, o podría ser un pequeño retroceso en tu autoestima. Siéntate, escucha lo que realmente piensan y trabajad juntos para encontrar soluciones a sus problemas.
Habilidades de gestión de emociones
Enseña a los niños cómo gestionar la ira con calma. ¡Intenta respirar hondo, contar o encontrar un pequeño rincón para liberar tus emociones y dejar que tu ira se convierta en aviones de papel y se vaya volando!
El secreto de las habilidades comunicativas
Utiliza palabras en primera persona para expresar sentimientos y hacer que los conflictos sean menos tensos. Por ejemplo, decir "Me siento muy triste porque..." ¡es más fácil de entender y aceptar!
Busca alternativas positivas
Involucra a tu hijo en actividades deportivas o grupos de interés para liberar el exceso de energía. Construir relaciones interpersonales más armoniosas a través de la cooperación y el compartir.
La asistencia profesional no es un delito.
Si el comportamiento de lucha de tu hijo continúa afectando tu vida diaria, quizás quieras buscar ayuda de un consejero psicológico. Los planes de tratamiento y evaluación profesional pueden encontrar un mejor camino para el crecimiento de su hijo.
Sé buenos modelos a seguir para tus hijos
Lo más importante es que, como padres y educadores, debemos ser buenos modelos a seguir para nuestros hijos. ¡Muestre respeto, cooperación, la forma correcta de resolver conflictos y déjeles aprender a ser mejores personas!