Los niños son únicos.
Cada niño es único y crece y aprende a ritmos diferentes. Necesitamos brindarles suficiente apoyo y aliento para que puedan prosperar en un ambiente agradable.
Ponte en su lugar
Cuando nos sentimos impacientes, debemos aprender a ponernos en el lugar de los niños, para que podamos perdonar más fácilmente sus defectos. Sólo desarrollando el hábito de la autodisciplina y enseñando a los niños paso a paso podremos deshacernos gradualmente del mal hábito de la impaciencia.
Paciencia y orientación cuidadosa
Educar a los niños requiere de nuestra orientación paciente y cuidadosa. Necesitamos ayudar a los niños a comprender y dominar el conocimiento de manera sencilla, en lugar de culparlos por no comprender lo suficiente o pedir demasiado.
Trabajemos juntos
Trabajemos juntos para convertirnos en mejores padres y maestros y sentar una base sólida para el futuro de nuestros hijos.