En primer lugar, cada niño tiene sus propias características. Los padres deben prestar atención a la observación, tratar los síntomas y educar a sus hijos de manera adecuada. Sin embargo, no se deben utilizar métodos extremos para abordar las imprecisiones de los niños, especialmente de los padres jóvenes. Debes entender que las críticas y acusaciones a largo plazo son los mayores oponentes que dañan la autoestima y la confianza en sí mismos de los niños. Por el contrario, desarrollar la autoestima y la confianza en uno mismo es la principal obligación de la educación cultural.
En segundo lugar, prevenir el abuso verbal hacia los niños. No importa cuán grande o pequeño sea un niño, no le gusta que lo critiquen ni lo regañen. A medida que los niños crecen, se preocupan más por lo que piensan los demás. Si rara vez escuchan elogios incondicionales de sus padres, recibirán muchas críticas y culpas. Con el tiempo, desarrollan pensamientos autoindulgentes. Conforme va pasando el tiempo, es muy probable que las críticas de los padres entren por un oído y salgan por el otro. La conclusión final es que ninguna educación cultural ayudará.
Además, los padres deben comunicarse abiertamente con sus hijos. Cuando los niños crecen, todos esperan ser muy valorados y las exigencias impuestas por sus padres les harán sentirse incómodos. Como todos dijeron, es posible que los padres no puedan ajustar sus emociones cuando sus hijos cometen errores, pero la educación cultural de los niños también es todo el proceso de práctica y mejora de los propios padres. Pueden comunicarse sinceramente con sus hijos y ayudarlos a deshacerse de ellos. ideas equivocadas, especialmente para aquellos que se encuentran en cierta edad, niños en el período rebelde de la adolescencia. La comunicación justa sigue siendo la mejor opción para resolver las dificultades.
Reñir a sus hijos por parte de los padres es en realidad lo mismo que mimarlos demasiado. Provocará cambios en el temperamento del niño e incluso provocará problemas de salud mental como depresión y timidez. La culpa crónica de los padres puede incluso conducir a la rebelión adolescente. Por lo tanto, si los padres quieren que sus hijos se desarrollen en la dirección que esperan y sean más obedientes, deben cambiar sus malos métodos educativos. Como dice el viejo refrán, "es mejor ganar un premio que ganar docenas de premios". Las recompensas y los castigos tienen múltiples facetas para conmover a las personas.
Lo anterior es mi propia opinión, espero que te sea útil. No dudes en comentar a continuación.