Soy una gota de lluvia en la niebla, colándome en su escritura con el viento. No sé cuántas historias conmovedoras hay. Si siempre estás enredado en una relación, es posible que te quedes atrapado en tu corazón. Sólo puedo expresar mis emociones a través de esta cortina de lluvia continua. Esto no es un shock mental ni una obsesión. Aparecí en el tiempo y el espacio de hoy confuso y pausado. Todo lo que vi fue a alguien garabateando y copiando con pluma y tinta. Ese tipo de sentimiento déjame expresarlo. No lo sé, tal vez sea la narrativa del alma la que alegra tantos corazones.
Una lágrima cae en la punta de mi pluma. Es el cielo. Mis emociones se han secado y están tomando forma con el viento y la lluvia. El poema que acabo de escribir bajo la lluvia todavía está luchando por ser cantado, con gotas de lluvia colgando de él y las gotas de lluvia deslizándose por mis brazos y cayendo sobre mi cara. Sin embargo, simplemente toca cada nervio en silencio, el hilo más suave, el delicado hilo de la lluvia, y el ritmo es rápido, como una vieja canción en la memoria, a la deriva con el viento y la lluvia.
No tuve más remedio que cerrarme por la ventana con un abanico plegable y esperar a que apareciera la lluvia primaveral. En ese momento, pareció haber una oleada de anhelo en mi corazón.