Constantes Educativas

Amar a los niños es algo que hasta una gallina puede hacer. A los ojos de los profesores, los estudiantes son niños. Desde que son niños debemos educarlos con nuestro amor. ¿Cuál es nuestro trabajo principal cada día, asistir a clases y corregir tareas? No, eso es sólo una pequeña parte de lo que hacemos. Nuestro trabajo principal es brindar nuestro amor a los estudiantes y debemos brindar nuestro amor a cada estudiante. No te pierdas nada porque si miras con atención verás que cada niño es monísimo.

Para educar con el corazón hay que tener perseverancia.

Se necesitan diez años para plantar árboles y cien años para educar a la gente. La educación no se trata de un éxito rápido, sino de un trabajo a largo plazo. Quizás en lo que a nosotros respecta, lo que somos conscientes es sólo repetición: clases, deberes, tutorías... Sin embargo, en esta repetición monótona, los estudiantes cambian todo el tiempo: su edad aumenta, sus conocimientos aumentan gradualmente, y sus pensamientos son cada vez más importantes. A medida que maduramos, nuestra capacidad de comunicarnos con los demás se hace cada vez más fuerte... Por supuesto, estos no aparecerán frente a nosotros. Este es el resultado de nuestra educación incansable. Cada uno de nosotros ha tenido una experiencia así: después de mucho trabajo ideológico, los estudiantes obstinados y traviesos se enamoraron de aprender; después de una tutoría paciente, los estudiantes rezagados se pusieron al día... Estos son los resultados de nuestra educación a largo plazo.

Elegimos la profesión de docentes y nos dedicamos a la educación. Debemos apoyar este trabajo con inocencia, amor y perseverancia infantiles, y hacer un buen trabajo con corazón.

Cuando eres joven, estás ansioso por aprender, como el sol naciente en el este. Cuando eres fuerte, estás ansioso por aprender, como la luz del sol. Cuando eres viejo, estás ansioso por aprender. Están deseosos de aprender, como la luz del atardecer. La razón por la que una persona puede progresar continuamente a lo largo de su vida es inseparable de su aprendizaje incesante. Como dice el refrán, vive hasta que seas viejo y aprende hasta que seas viejo. Zhuangzi dijo: Mi vida es limitada, pero sé que no hay límite. El conocimiento nunca termina y la perseverancia en el aprendizaje siempre lo hace a uno invencible. Por el contrario, sin una continua reposición y acumulación de conocimientos, la gente se quedará atrás. Goethe dijo que quien se quede atrás con los tiempos soportará todo el dolor de esa época. Especialmente en la era actual de explosión del conocimiento, si no estás expuesto a nuevos conocimientos, los tiempos te eliminarán.