La conciencia es algo abstracto. Cuando se trata de conciencia, a la mayoría de los niños y a los padres les resulta difícil identificarse. También podríamos analizar en detalle las diversas manifestaciones de la procrastinación, rastrear el origen y comprender la verdadera causa de la procrastinación.
En torno a la procrastinación, hacemos un diagrama de descomposición:
En el análisis anterior, podemos encontrar un fenómeno interesante: todas las manifestaciones de la procrastinación apuntan a una experiencia común: la satisfacción que no obtiene de las cosas que le hacen posponer las cosas. Esto demuestra que cuando un niño se enfrenta a algo que le hace "incómodo", el instinto humano (subconsciente) lo está controlando.
Por eso se suele decir que los niños que procrastinan no tienen sentido del tiempo y tienen un autocontrol débil. Obviamente, los niños con un autocontrol débil necesitan una fuerte restricción: el tiempo, para que el tiempo pueda recuperar el control del subconsciente y utilizarlo para regular y limitar su comportamiento. Lo más importante es que el tiempo es un tercero, racional, objetivo y justo, sin emociones de por medio, y fácil de aceptar para todos.
Bien hecho es peor que bien dicho. Cuando se trata de hacer lo mejor que puede, la clave es cómo lo hace: un cronograma que los niños y los padres deben completar juntos. Es fácil crear un cronograma, pero no es fácil hacerlo funcionar. Todo el mundo tiene un instinto primitivo. Un horario útil es el siguiente: cuando un niño hace las cosas estrictamente según el plan, tendrá una sensación de satisfacción. Cuando no hace las cosas según el plan, tendrá una experiencia incómoda. . Mientras persistas, te acostumbrarás.
Cuando los niños procrastinan, los padres también necesitan reflexionar sobre sí mismos. No deben ser groseros ni groseros, ni mirar con indiferencia. Necesitan ponerse en el lugar de sus hijos, tratar a sus hijos por igual, tener conversaciones sinceras con sus hijos, resolver los factores negativos desde la fuente, aumentar los factores positivos y nunca entablar una confrontación, que sólo empeorará las cosas. peor. Cabe señalar que los tres períodos rebeldes son los períodos formativos del carácter de un niño. Los padres no necesitan preocuparse y adherirse a un principio: no se reprime el respeto, no se organiza el cuidado y no se permite la comunicación.