En primer lugar, la literatura, como actividad cognitiva, crea la realidad artística dentro de una escala. El punto clave es buscar la "verdad", que se encarna en la "racionalidad histórica". En el proceso creativo, los creadores, a partir de fenómenos y personajes sociales reales, reproducen o expresan la vida a través de medios artísticos y persiguen representar obras reales y vitales. Esta búsqueda de la verdad no sólo requiere que el contenido de la obra se ajuste al trasfondo específico de la época y a las leyes básicas del desarrollo de las cosas, sino que también requiere que la obra contenga sentimientos sinceros y una profunda comprensión de la vida real.
En segundo lugar, como actividad estética y objeto de valoración de las emociones de la creación literaria, su núcleo es la “bondad”, que se refleja en el “cuidado humanista”. Las excelentes obras literarias no sólo expresan los sentimientos únicos del creador, sino que también transmiten sus preocupaciones y pensamientos sobre la sociedad y la vida. Este tipo de cuidado humanista puede inspirar a los lectores a cantar y llevarlos a perseguir el reino de la belleza.
Finalmente, la “belleza” es una de las búsquedas de valor de la creación literaria. En cuanto a la forma, las obras literarias necesitan crear un reino de belleza, que a menudo se logra a través de una verdadera "conformación" del arte. En términos de contenido, las excelentes obras literarias y artísticas deben poder iluminar la mente, nutrir el alma, cultivar la vida, barrer la tendencia a la decadencia y presentar el espíritu de los tiempos.
En general, el valor de la creación literaria persigue la unidad de la verdad, el bien y la belleza, lo que es también un signo importante que la distingue de otras actividades sociales.