Ejemplo:
En el proceso de trabajar duro por nuestros elevados ideales, apreciaremos profundamente la existencia de la felicidad. Aunque habrá factores externos accidentales que afectarán nuestro destino, nuestro destino está principalmente en nuestras propias manos. Un docente maduro puede afirmar sus propios objetivos, controlar su propio destino y hacer contribuciones extraordinarias en un puesto docente ordinario.
Enseñar y educar a las personas debe ser como el ser humano, no buscando sacudir al mundo, sino tener la conciencia tranquila. No usaremos el gobernante del dinero para medir nuestro valor, porque sabemos que no somos los pilares, pero nuestra carrera son los pilares; no dejaremos que el manantial claro de nuestro conocimiento se convierta en un charco de agua estancada; Debemos saber que no somos el futuro, nuestra Carrera es el futuro.
Tomemos nuestro destino en nuestras propias manos, fortalezcamos nuestras metas en la vida y convirtámonos en un excelente maestro. Tomemos medidas prácticas para amar nuestro trabajo y dedicarnos a la ética profesional. ¡Encendamos la pasión por el trabajo y dediquémonos siempre a la educación con un corazón agradecido y una actitud de trabajo dedicada!