1. En el cielo de finales de otoño, las nubes flotan lentamente como lana.
Aunque ya hace tiempo que es otoño, en este caluroso verano una mano hace mucho calor y la sensación de estar empapado de sudor maloliente todo el día es inolvidable. Parece que el resplandor del verano todavía persiste.
3. El otoño puede esconderse en las doradas espigas del arroz, en los caquis ardientes o en los verdes campos de hortalizas.
El césped del patio de recreo ya no es tan verde como en primavera, es todo amarillo y se ve hermoso desde la distancia cuando tiras la cabeza.
El otoño es espeso y las hojas caídas vuelan por todo el cielo, como mariposas. Las hojas caídas parecen cortar lentamente el aliento del otoño y extenderlo a todos los rincones del mundo, enviando calidez, felicidad y bendiciones a todos. En otoño, la cima de la montaña quedó envuelta en una espesa niebla, como si el Abuelo Montaña llevara un gran sombrero de paja blanco.
6. Cuando llegué al campo, miré a mi alrededor y vi una gran superficie de arroz dorado. Sopla el viento de otoño y el arroz se mece con el viento, como las olas del mar, una ola tras otra. En el huerto los frutos están maduros. Peras amarillas, manzanas rojas y naranjas cayeron sobre las ramas, doblándolas. Las hojas doradas al borde del camino pavimentaron una "avenida dorada". Las hojas abandonaron de mala gana las ramas y volaron ligeramente en el aire como mariposas. Las ramas están solitarias, como un anciano al que se le cae todo el pelo...