Enseñar a los maestros de escuela primaria cómo educar a los niños desobedientes.

Legislación democrática A veces los niños son desobedientes y no están dispuestos a cooperar con los maestros porque no entienden u olvidan las reglas de conducta. Esto requiere recordarle nuevamente al niño que puede comprender y comprender, pero que preste atención a la expresión y el tono.

Predicar con el ejemplo y aprender con los alumnos. Aunque los niños pequeños conocen las instrucciones y reglas, tienen dificultades para decidir qué hacer. Algunos profesores piensan que el niño es desobediente cuando no actúa ni acepta instrucciones. Por eso, mientras le haces saber a tu hijo las reglas de actuación, también debes orientarle sobre cómo hacerlo. Por ejemplo, cómo guardar los libros, cómo guardar los juguetes, cómo sentarse, etc.

Las conversaciones serias deben llevarse a cabo con calma. Cuando los niños son desobedientes, algunos maestros utilizarán "regaños" o "castigos" para solucionarlo. A menudo es fácil que sentimientos subjetivos como la ira, la excitación, la fatiga y el aburrimiento penetren en el procesamiento de las conductas, lo que resulta en malestar físico de los niños (castigo corporal), miedo psicológico y voluntad reprimida. Por tanto, es difícil aceptar el largo discurso del profesor, reflexionar sobre el propio mal comportamiento y aún más difícil corregir al niño. En este momento, si nuestros maestros tienen una "conversación seria" con los niños, lo entenderán. Por ejemplo, detener temporalmente sus movimientos o comportamiento, invitarlo a la oficina y tener una buena charla con él puede ser más eficaz para estimular la conciencia del niño y hacerle pensar en sí mismo. que regañar y castigar en voz alta por conductas inapropiadas.

Comuníquese con los padres y corríjalos pacientemente. A menudo encontramos que las razones por las que los niños son desobedientes se deben principalmente a que los padres cometen diferentes tipos de errores en el proceso de educación de sus hijos, lo que resulta en un mal comportamiento a largo plazo. Por ejemplo, algunos padres piensan que es natural que los niños sean obstinados, imprudentes y desobedientes cuando son pequeños. Serás mejor o más obediente a medida que crezcas y el comportamiento es acumulativo. Con el tiempo, se volverán más desobedientes e incluso rebeldes. Por tanto, los profesores deberían combinar la educación escolar con la educación familiar, contactar con más frecuencia a los padres y corregir los malos comportamientos de los niños.

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