El origen histórico del burro moteado

El quagga tiene pezuñas fuertes y puede correr rápido, alcanzando velocidades de hasta 70 kilómetros por hora. Se les conoce como los "Caballeros de la Pradera". El burro manchado fue descubierto por primera vez en Hottentot, Sudáfrica. Estaban llenos de afecto por este extraño animal parecido a una cebra. Creían que el quagga estaba alerta por naturaleza y tenía una fuerte hostilidad hacia todos los intrusos, ya fueran humanos o animales, y estaba más alerta que los perros, por lo que entrenaron al quagga para que fuera el guardián nocturno de los caballos domésticos. Al imitar el relincho del burro manchado, también lo llamaban "Cuac". Los Quaggas no sólo pueden proteger sus hogares, sino que también pueden tirar de carros para sus dueños después de ser domesticados.

En 1830, era popular en Inglaterra utilizar quaggas para tirar de carros. Los burros moteados siempre han sido la principal presa de los africanos debido a su deliciosa carne y sus altos rendimientos. Sin embargo, los métodos de caza primitivos no han asestado un golpe fatal a la población de burros moteados. Hasta el siglo XIX, los inmigrantes europeos llegaron a África en grandes cantidades. Cazan salvajemente con lazos, armas de fuego y otros equipos, y también saquean, almacenan y roban pieles de quagga. En aquella época, los europeos estaban muy interesados ​​en ver animales tan bellos. En aquella época, los ejemplares de quagga eran caros, lo que llevó a estos codiciosos europeos a cazar quaggas. A mediados del siglo XIX, rara vez se veían burros manchados en Sudáfrica. Como animal salvaje, el quagga tiene una personalidad muy testaruda. En los primeros años, la gente tenía que usar las palabras "rebelde" y "preferiría morir antes que rendirse" para describir su carácter. En 1860, un quagga mantenido en el Zoológico de Londres conmocionó al mundo cuando no pudo soportar su largo confinamiento. El último burro visto en el mundo fue una hembra en el Zoológico de Ámsterdam, en los Países Bajos. Vivió sola hasta 1883, cuando se extinguió irremediablemente. Desde entonces, no ha habido rastros del quagga en la tierra. Lo que permanece en los oídos humanos es la aguda llamada de advertencia del quagga: quack... quagga... Se dice que el primer quagga de China nació en el zoológico de Haicang, Xiamen. Pero según el análisis de expertos, el nombre del quagga no es exacto. Es simplemente la descendencia de un burro y una cebra y no puede reproducirse, mientras que el burro manchado sí puede. El burro manchado es una especie aparte. Debería llamarse quagga o quagga, como tigon y tigon. Entonces no nacieron quaggas en el zoológico.

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