La enseñanza es como una brisa primaveral y la amabilidad del profesor es como una composición profunda.

La flor agradece a la lluvia y al rocío, porque la lluvia y el rocío nutren su crecimiento; el azor agradece al cielo azul, porque el cielo azul le ayuda a volar; la montaña agradece a la tierra, porque la tierra la hace mantenerse en pie; ; y estoy agradecido a mi maestro, porque el maestro me ayuda en el océano del conocimiento. Viajar, volar en el cielo azul del futuro.

Aún recuerdo cuando llegamos por primera vez a esta escuela primaria, todo era muy extraño y estábamos muy nerviosos. Pero cuando vemos tu cálida sonrisa y la vemos llena de profundo amor, nuestros corazones de repente se sienten tranquilos. Después de clase, si tengo alguna idea, os la cuento. Después de que terminé de hablar, sentí una corriente cálida corriendo por mi corazón. Me sentí muy feliz y no triste. Eres como nuestro amigo cercano, que nos da el arma mágica de la felicidad cuando encontramos dificultades. Y el amor que nos das es aún más precioso. Durante la clase, si encuentro a un compañero hablando, me bajo del podio, me acerco al compañero, le toco suavemente la cabeza y le susurro que deje de hablar y escuche al maestro. Cuando los estudiantes escuchen lo que dice el maestro, dejarán de hablar. En otra ocasión me arañaron la cara. Después de que te enteraste, me llamaste a la oficina después de clase y me preguntaste qué pasó con la herida en mi cara. También me preguntaste si debería tomar algún medicamento y si me duele. Después de escuchar esto, me sentí muy conmovido.

Tu amor es tan cálido como el sol, tan cálido como la brisa primaveral y tan dulce como la clara primavera. Tu amor es más estricto que el amor de padre, más delicado que el amor de madre y más puro que la amistad.

Tu amor es el más grande y puro del mundo. Tus conferencias son coloridas. Cada capítulo parece abrir una ventana frente a mí, permitiéndome ver un mundo colorido...

Si somos un cielo lleno de estrellas, entonces tú eres la luna blanca e impecable si lo somos; Si eres un pez libre en el agua, entonces eres el árbol imponente junto al río que nos observa crecer. Si nosotros somos las nubes blancas en el cielo, entonces tú eres el cielo azul. Sin su cuidadosa enseñanza, no estaríamos donde estamos hoy.

Durante la clase, dejaste hileras de letras vigorosas y hermosas en la pizarra. Puedo calcular cuántos misterios y penurias hay, cuál es tu contribución desinteresada a la educación social. Tus conmovedoras palabras son como el hermoso sonido primaveral del manantial de la montaña o la armoniosa melodía de la música clásica. ¡Qué hermoso es eso!

Es tarde en la noche y todos los estudiantes están durmiendo. Pero eras el único que seguía en el escritorio, corrigiendo nuestra tarea. No fue hasta pasadas las diez que no terminamos de escribir, pero seguías corrigiendo incansablemente, con sangre en los ojos. Al día siguiente, insististe en venir a clase con una postura cansada...

Otra vez, estabas enferma, pero aun así no pudiste preocuparte por nosotros y viniste a enseñarnos como siempre. Toses de vez en cuando en clase...

¿Quién esparce la lluvia y el rocío por toda la tierra? ¿Quién trabaja duro para alimentar las plántulas? ¡Eres tú, maestra, eres una gran jardinera! Mirando las flores que florecen por todas partes, ¡cuál sin tu arduo trabajo y cuál sin tu sonrisa! Maestro, ¡te lo agradezco! Maestro, ¡siempre te recordaré!