En pocas palabras, al principio cada niño solo estudiaba cuatro horas al día y todos vivían en paz. Más tarde aparecieron algunos niños que estudiaron seis horas al día y luego fueron admitidos en la Universidad de Tsinghua. Los padres vieron que no estaba mal, así que los niños empezaron a estudiar seis horas diarias, lo que hizo que todos volvieran a la misma línea de partida. Al igual que la tutoría después de la escuela, la tutoría de un niño es eficaz, por lo que cada vez más niños comienzan a recibir tutoría y, finalmente, todos los niños reciben tutoría.
Los niños estudian cada vez más tiempo y la presión para estudiar aumenta, pero el rendimiento de la educación no aumenta, sino que disminuye. Es como un grupo de personas compartiendo un pastel. Cuanto más ansioso estés, menos podrás conseguir, más ansioso estarás. Al final se desperdició mucho pastel en la competición. Es obvio que todos están trabajando duro, pero cada vez obtienen menos pastel.
La escasez de recursos educativos es el núcleo, lo que dificulta lograr un desarrollo equilibrado. Durante muchos años se ha abogado por una educación equilibrada, pero los resultados siempre han sido insatisfactorios. Siempre habrá algunas escuelas que se convertirán en escuelas de alta calidad y atraerán a más estudiantes de alta calidad, mientras que siempre habrá algunas escuelas que se convertirán en escuelas ordinarias y los estudiantes no estarán garantizados. Y las escuelas de calidad siempre son escasas. Cuanto más escaso es, más gente quiere entrar, por lo que la competencia es inevitable. La ecualización forzada simplemente no funciona. Tomemos como ejemplo la Universidad de Tsinghua y la Universidad de Pekín. En China sólo hay dos universidades. Si no se pueden igualar, no todos podrán ingresar. De hecho, lo mismo ocurre con las escuelas primarias y secundarias. Sólo pueden ingresar los estudiantes que sean lo suficientemente buenos.
Los estudiantes están bajo una gran presión física y mental, siendo el aumento más evidente la presión de las tareas y el estudio. El resultado es que los estudiantes se cansan cada vez más. Esto se refleja en el organismo al levantarse temprano y acostarse tarde. Todos los días no solo tenemos que estudiar en la escuela, sino también hacer muchas tareas después de la escuela e incluso ir a instituciones de formación para recuperar clases. Psicológicamente, es posible que tengas que soportar más presión. La presión del estudio puede ser invisible e intangible, pero se puede ver en la cantidad de estudiantes que se suicidan saltando de edificios cada año. Además, los estudiantes enfrentan ansiedad crónica, que es extremadamente perjudicial para la salud física y mental.
Provocando frustración en los estudiantes. Los estudiantes dedican más tiempo a estudiar pero no logran buenos resultados, lo que supone un duro golpe para la confianza en sí mismos de los estudiantes. Los exámenes exigen cada vez más a los estudiantes y pueden quedarse atrás si no tienen cuidado. Para los estudiantes que han trabajado duro durante mucho tiempo pero no pueden lograr un gran avance, esto sin duda les traerá frustración. Como resultado, los estudiantes pierden confianza en aprender, tienen miedo de aprender y evitan aprender.