Los antiguos decían: ¡El llamado talento debe tener capacidad e integridad política! Hay otro dicho: tener capacidad e integridad política es un grado máximo, tener virtud pero no ser un grado bajo, tener talento pero no virtud es un producto de desecho, tener talento pero no tener virtud es un producto peligroso. Para ser una buena persona, primero debes establecer la virtud, y para cultivar a las personas, primero debes cultivar el carácter. Esto muestra cuán importantes son la ideología y la moralidad para una persona. Como principal lugar de exportación de talentos, las escuelas deben conceder gran importancia a la educación ideológica y moral.
Hoy en día, el tiempo de iluminación de los estudiantes es cada vez más temprano. Algunos niños son enviados a la escuela para recibir educación cuando tienen tres o cuatro años. Por lo tanto, los niños pequeños tienen una visión muy simple del mundo y están llenos de curiosidad por lo desconocido del mundo entero. No pueden juzgar solo el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, lo correcto y lo incorrecto. Si bien los padres pueden brindar orientación, el tiempo que los estudiantes pasan en la escuela se ha convertido cada vez más en el factor dominante en sus vidas. Por lo tanto, como escuela, si desea obtener una educación exitosa, no puede confiar únicamente en los puntajes y las calificaciones.
Desde la perspectiva de la escuela, además de mejorar el desempeño de los estudiantes, también debemos prestar atención a cómo cultivar la calidad, la educación, la visión, los patrones y la mente de los estudiantes. El cultivo de estas cualidades ideológicas y morales no sólo es superficial, sino también meticuloso en la enseñanza diaria. Requiere orientación oportuna por parte de los maestros de escuela, dando ejemplo y centrándose en la orientación y el cultivo de las cualidades morales.
Desde el punto de vista de un profesor, los estudiantes con buenas notas en una clase naturalmente tendrán malas notas, pero en términos de calidad ideológica y moral, pueden cultivar un grupo de estudiantes igualmente excelentes. Si fortalecemos la orientación ideológica y moral, permitamos que los estudiantes se conviertan en personas autodisciplinadas, respetuosas de sí mismas, autosuficientes, educadas y reflexivas. De esta manera, incluso si el desempeño de un estudiante no es particularmente ideal, aún puede convertirse en una persona positiva, responsable, estructurada y ambiciosa después de ingresar a la sociedad.
El éxito de la educación no solo enfatiza las calificaciones, sino que también enfatiza la capacidad de aprender y la calidad de los estudiantes. El objetivo de toda la vida de las escuelas y los profesores es hacer que los estudiantes se conviertan en personas de alto carácter moral, modestia y prudencia, y con excelentes habilidades.