¿Quieres luchar por educar a tus hijos?

Primero, trate de no golpear a sus hijos. Si tu hijo comete un error, no le pegues apresuradamente. Aprenda a controlar sus emociones y reprimir su ira. Puede decirle a su hijo cómo se siente en este momento y hacerle saber que no está satisfecho con su comportamiento en este momento. Por ejemplo: "¡Tu madre está muy triste!" "¡No estoy satisfecho con lo que hiciste!" "¡No me gustas así!" Esto no sólo ayuda a calmar las propias emociones, sino que también ayuda al niño a pensar desde la perspectiva de los padres, promoviendo así la reflexión del niño. En segundo lugar, castigar al niño de forma natural. De hecho, los errores de los niños no son más que cosas triviales. Los padres no necesitan criticar demasiado y dejar que sus hijos carguen con las consecuencias de sus errores. Por ejemplo, si se derrama leche, no podrás beberla. Al mismo tiempo, deje que el niño limpie él mismo la leche derramada; si el juguete está roto, no se puede jugar con él. Al mismo tiempo, se le pide que prometa que protegerá sus juguetes en el futuro, de lo contrario no le comprará juguetes nuevos en el futuro... Esto no sólo permitirá que el niño comprenda las posibles consecuencias de sus errores, pero también permita que el niño se sienta seguro en el proceso de soportar las consecuencias. El arrepentimiento ayudará a evitar que los niños vuelvan a cometer errores similares.

En tercer lugar, no seas emocional. Si hay que golpear a un niño, los padres primero deben estabilizar sus emociones y afrontar los problemas del niño con calma. Darle nalgadas a un niño cuando está emocional es contraproducente. Los niños sólo se centrarán en las intensas emociones de sus padres y no pensarán que es culpa suya. Por lo tanto, si tienes que pegar a tus hijos, debes estabilizar tus emociones y hacerles saber que están pagando por sus propios errores, no por las malas emociones de sus padres. Cuarto, dejar que el niño comprenda el motivo por el que lo golpean. Cuando tenga que pegar a un niño, debe decirle claramente por qué le pegaron y cómo afrontar el error la próxima vez. Después de azotar al niño, se recomienda convencerlo para que comprenda que azotar a sus padres también es muy triste, y azotarlo es solo para recordarle que no vuelva a cometer el mismo error. Esto también es clave para evitar daños psicológicos a los niños. Quinto, razona con tus hijos. No golpear a niños menores de 2 años y mayores de 6 años. Los niños menores de 2 años son inmaduros y no conocen las reglas. Golpearlos no tiene ningún efecto de advertencia, pero afectará el desarrollo psicológico del niño. Los niños mayores de 6 años deben ser sensatos. Si cometen un error, los padres deben comunicarse con ellos de manera razonable para evitar tener un impacto negativo en sus hijos.

Los padres también deben prestar atención a los métodos a la hora de castigar a sus hijos. Puede castigar las manos y las nalgas del niño porque la sensibilidad nerviosa aquí es baja y el castigo corporal no le hará demasiado daño. Y cuando castigue corporalmente a un niño, no insulte su dignidad y no utilice castigos corporales humillantes como arrodillarse o abofetear. Realmente funciona. Como quieres castigar corporalmente a tus hijos, debes tomar una decisión. Sólo así podrá ser eficaz. De lo contrario, ofrecer una cita dulce tendrá poco efecto. Además, el niño estaba desollado y cuanto más jugaba, más travieso se volvía.

1. No seas emocional cuando le pegues a tu hijo, porque tienes emociones. Golpear al niño en este momento es solo para desahogar la ira, se ignorará el motivo del error del niño y es difícil explicarle por qué son necesarios los azotes. Es fácil herir accidentalmente a un niño. Cuando esté enojado y no quiera pegarle a su hijo, es hora de que le dé, porque las reglas no se pueden cambiar a la ligera. 2. Comuníquese antes de pegarle a su hijo. Hazles saber a tus hijos por qué los golpean y hazles saber que no son tus padres quienes te quieren pegar, sino las reglas, y las reglas están por encima de las de tus padres. Este proceso requiere muchos padres. Los padres deben poder controlar sus emociones, ser concisos y concisos, pero tener una actitud firme. 3. No golpear con las manos ni con los zapatos. Para ser "especializado", es necesario utilizar un palo (es decir, el antiguo método familiar). Esto tiene dos beneficios: primero, te da tiempo para calmarte; segundo, crea un efecto disuasorio.

Aunque tenemos una visión para la educación de nuestros hijos, los resultados no son los que queremos. Una buena actitud puede traer buen humor. Si su hijo es travieso, travieso o desobediente, no se apresure a "etiquetar" a su hijo. Intente ajustar su mentalidad, comuníquese más con sus hijos y comprenda sus verdaderos pensamientos. Sacar conclusiones después de que el niño es "desobediente" puede tener efectos inesperados. Los padres deben comprender claramente el propósito de educar a sus hijos. Sólo los padres que tienen un conocimiento profundo de los principios de la educación, estudian seriamente, se dedican sinceramente y se superan pueden enseñar a niños sobresalientes.

Educar a los niños