Ensayo en prosa "El deseo del viejo"

El boceto "El deseo del viejo" recuerda a un anciano inclinado frente a una casa antigua hace muchos años. Cabello pálido, rostro grabado con huellas del tiempo, ojos mirando a lo lejos, llenos de expectación y anhelo. Esas manos arrugadas, a las que sólo les quedaba piel y huesos, acariciaban de un lado a otro al perezoso gato, que dormía con los ojos cerrados. El anciano suspiraba de vez en cuando y a veces hablaba solo. El gato es su único compañero. Se acurrucó obedientemente junto al anciano, mirándolo de vez en cuando y dejando escapar algunos gritos suaves.

Cada mañana, el anciano se levanta muy temprano. Luego toma una escoba y barre las hojas caídas frente a la puerta. Lleva una escoba en una mano y un bastón en la otra. Su cintura está tan encorvada... Después del almuerzo, un grupo de niños se reunirá alrededor del viejo árbol frente a la puerta del anciano. Simplemente estaban allí, persiguiéndose, jugando a las casitas, jugando varios juegos... El anciano se sentó y miró, todavía mostrando una especie de expectación en sus ojos. De vez en cuando, el anciano les recordaba a los niños traviesos: no peleen, no trepen... Cuando los niños se cansen de jugar, se sentarán alrededor del anciano y dejarán que les cuente historias. Cada vez el anciano estuvo de acuerdo con una amable sonrisa en su rostro. El anciano habló vívidamente y los niños escucharon atentamente, con ojos llenos de curiosidad e inocencia. Cuando se trata de momentos emotivos, el anciano se reirá con los niños. El anciano también sacará unos caramelos para los niños. Se los regalaron los vecinos. Ella se había mostrado reacia a comerse los escondidos… pero en ese momento, el anciano los sacó y se los entregó a las manitas embarradas. Las personas mayores aman a sus hijos tanto como aman a sus nietos.

Al atardecer, los niños se fueron a casa. Después de que la emoción disminuyó, todo se volvió extremadamente tranquilo en ese momento. El anciano observó a los niños alejarse saltando y suspiró solo. A veces bajaba la cabeza y se secaba las lágrimas en secreto, diciéndose: "Hija mía, si aún estás viva, mi nieto será tan mayor como ellos..."

El anciano es un viudo con cinco garantías. Su hijo murió poco después de su nacimiento, y luego su esposa la abandonó... Algunas personas decían que el anciano era un castigo y estaba condenado a vivir una vida solitaria. Como resultado, el anciano guardó solo la vieja casa durante décadas.

En los sueños del anciano, a menudo escucha una voz, que es la voz de su hijo llamando a su madre. Sólo en sueños el anciano puede ser feliz y tener una sonrisa en los labios... es un sueño después de todo. Innumerables noches, el anciano despertó de su sueño, todavía en su cama, la cabaña vacía rodeada de oscuridad y silencio. A medida que los sueños y la realidad se alternan, el anciano se confunde, da vueltas y vueltas, esperando el amanecer.

Durante el día, los ancianos a veces van a casa de sus vecinos con muletas y pasan mucho tiempo tomados de la mano. A veces me sentaba bajo el árbol frente a mi puerta y hacía bordados. Al enhebrar la aguja, mis gafas de lectura se bajaron hasta el puente de la nariz y la mano que sostenía la aguja y el hilo temblaba. Después de ir y venir varias veces, finalmente lo logré. El anciano levantó la cabeza, levantó las gafas de leer con la mano y se dijo: "Oye, viejo, me torturaron durante mucho tiempo antes de enhebrar un hilo..."

Durante la temporada de cosecha de otoño, el anciano todavía puede ayudar a los vecinos a secar el mijo. Bajo el sol abrasador, el anciano se inclinó con una toalla sobre los hombros. Su ropa estaba empapada de sudor. De vez en cuando luchaba por levantarse y se secaba el sudor de la frente con una toalla. Los ancianos siempre están inquietos y ocupados. Porque el anciano comprende que en cuanto sea libre, estará rodeado de soledad. Siempre que tengo tiempo libre, pienso en esos tristes acontecimientos pasados. Mientras seas libre, te sentirás solo e indefenso...

El anciano es muy respetado en el pueblo. El anciano ha pasado por muchas cosas y sus vecinos acudirán a él cuando no puedan decidirse. El anciano siempre estuvo dispuesto a enseñarle. De esto es de lo que el anciano está más orgulloso, porque siente que no ha sido olvidado.

Cada día comienza al amanecer y termina al atardecer, el día y la noche se alternan, y el anciano se hace mayor...

Un día, cuando se pone el sol, el vecino encuentra al anciano. Hombre acostado pacíficamente en la cama de la cabaña, con los ojos cerrados con fuerza, con lágrimas en ellos, como si estuviera contando la tristeza del anciano ayer. El anciano se quedó dormido para siempre...

Si hay una vida futura, el anciano pidió su único deseo: no estar solo en la próxima vida y tener hijos y nietos en la próxima vida.