Una vez que rechazas la fe, ya no puedes entrar por la puerta de Dios.
No importa a dónde vaya, siempre te seguiré. Incluso si mi cuerpo es destruido, no me apartaré de tu lado ni iré juntos al fin del infierno.
No mentiré, no actuaré como un ser humano.
Ahora este cuerpo, alma y hasta cada cabello pertenece a su dueño. Mientras el contrato continúe, debes obedecer sus órdenes. Ésta es la estética del diácono.
El ser humano se deja tentar fácilmente. Cuando estén al borde del infierno y desesperados, incluso si hay un hilo de araña para escapar de la situación actual, definitivamente se aferrarán a él.
[でぃぅとぉりでござぃます.Master わたくしはぁくまでですから.
Como dijo el maestro, solo soy un mayordomo.
Esta frase utiliza un juego de palabras.
わたくしはぁくまでですから - también se puede traducir como "Porque soy el mayordomo demonio".]
Siempre que el rey hace buen uso de las piezas de ajedrez en su mano, él puede sobrevivir hasta el final. Explota caballeros y reinas. Aunque los fragmentos de cadáveres se amontonen bajo su trono, no debe caer. Porque si el rey cae, el "juego" se acaba.