En la soledad, suelo entretenerme, cantar bajito, en un mundo con o sin sonido, soltar un poco de tristeza, y luego obligarme a olvidar...
De repente sentí un escalofrío entre mis dedos. Una figura seguía destellando y la lluvia seguía cayendo. Mi corazón parecía estar empapado por la lluvia. La fina lluvia empapó mi largo cabello, así que guardé mi paraguas y dejé que la lluvia me mojara. Sólo así puedo sentir que soy real y parece que esto puede ordenar mis pensamientos confusos. Entonces, busqué en todas partes de la comunidad. La hierba del césped se está marchitando, las hojas ya se están cayendo de las ramas y los bordes de los caminos casi han desaparecido. Pasa el verano y llega el invierno, y las cuatro estaciones cambian como tú y como yo. Me sentí impotente. Esta preocupación impotente me hace incapaz de dejar de pensar en ti y de extrañarte en mi corazón.
Cada minuto y segundo, el tiempo se aleja más y más, como una estación de despedida. ¿Quién puede decirme cuántas lágrimas tristes e impotentes hay en la lluvia?
Creo que debiste haber venido aquí después de la lluvia. Creo que debes haber estado merodeando por aquí durante mucho tiempo. Creo que debes estar esperando con ansias mi sueño aquí. Creo que debes tener innumerables cosas que decirme claramente. Debes estar mirando a tu alrededor con la vista baja. Debiste haber pensado que no vendría aquí a verte, pero hay un olor familiar flotando en la llovizna. La singularidad y tranquilidad de aquel olor, preñado de encanto irrecuperable, atrajo mi dolor, alivió las cicatrices gestadas por miles de amores y me hizo no poder evitar buscar la figura de la que se me había escapado hacía mucho tiempo.
Recuerdos largos y finos, recuerdos largos y cortos, con olor a lluvia. De vez en cuando, llovizna cae sobre las pestañas. Mientras las pestañas parpadean, no está claro si es lluvia o lágrimas. Esperándote en tu camino hacia aquí, sonreí y el pasado pasó a mi lado bajo la lluvia. De repente, sentí lágrimas en los ojos y mis pensamientos se convirtieron en palabras mientras mis dedos se deslizaban por la soledad.
Adiós bajo la lluvia, encuentro bajo la lluvia y tú entrando en mi vida bajo la lluvia son todos mis tesoros eternos. Esta temporada florece en un sueño próspero, solo porque las flores florecieron maravillosamente cuando nos conocimos; cuando miro hacia el pasado, ¡no puedo evitar pensar en ti!