Recuerdo que una vez un profesor realizó un experimento: seleccionó al azar una combinación de niños y niñas de la clase y le pidió al niño que se recostara y a la niña que lo sujetara por detrás. Los primeros grupos fracasaron y no confiaban unos en otros. El último grupo es un niño fuerte y una niña débil. El niño se reclinó sin escrúpulos, sin preocuparse de que lo arrojaran. La niña gimió primero y luego usó todas sus fuerzas para sostener al niño. Más tarde, después de ingresar a la sociedad, todos lograron el éxito. Porque quien se atreva a confiar en los demás y a confiarles la espalda también se ganará la confianza de los demás. Es la confianza lo que los lleva al éxito. Al igual que la anciana que vendía bollos al vapor, su confianza en los demás se ganó la confianza y el respeto de los demás. Por lo tanto, nunca se preocupó por su puesto de panecillos al vapor. Es la confianza lo que hace que los bollos al vapor permanezcan calientes en los corazones de las personas.
Sin embargo, algunas personas no siempre confían en los demás. Por ejemplo, en muchos accidentes en la sociedad, algunas personas no se atreven a ayudar a los ancianos que se cayeron en el accidente o a los heridos que necesitan tratamiento porque tienen miedo de ser malinterpretados y lastimarse. Precisamente por desconfianza hacia los demás, muchos ancianos o heridos que necesitaban tratamiento murieron debido a esfuerzos de rescate ineficaces. Es más, el incidente de Xiao Yueyue en Foshan, Guangdong, ha expuesto profundamente el lado oscuro del corazón de algunas personas. Si esas personas pudieran confiar en los demás, esta triste tragedia no habría sucedido.
En la sociedad actual se ha producido una crisis de confianza. Lo que debemos hacer ahora no es dejar que desaparezcan las virtudes tradicionales del pasado, sino hacerlas avanzar. La confianza es como un faro en la oscuridad, que ilumina nuestro camino a seguir; la confianza es como una lluvia durante una sequía, que alimenta nuestros corazones resecos; la confianza es como una sombra bajo el sol abrasador, que calma nuestros corazones; Por eso debemos empezar desde ahora, comenzar con las pequeñas cosas que nos rodean e integrar la confianza en nuestras vidas. ¡Hago un llamado a todos a trabajar juntos para crear un nuevo mundo de "confianza" mediante esfuerzos conjuntos!
Mientras confiemos en los demás como la anciana, haremos muchos amigos sinceros. Si todos hiciéramos esto, nuestro mundo sería infinitamente mejor, ¡así que dejemos que la confianza llene los corazones de todos nosotros!