El principio más importante del tratamiento es realizar un diagnóstico claro. La amputación debe realizarse con extrema precaución. Las amputaciones que no deben realizarse son más graves que preocuparse por la ausencia de tumores óseos malignos. No se pueden realizar amputaciones de tumores óseos malignos no diagnosticados, o se deben utilizar quimioterapia y radioterapia.
Tumores benignos: escisión local o legrado e injerto óseo, generalmente no aptos para radioterapia. Los tumores malignos generalmente se tratan con una combinación de cirugía y cirugía. En la actualidad, las principales medidas de tratamiento son la amputación o el alivio de las articulaciones, complementadas con quimioterapia, radioterapia y otras medidas. Intente extirpar el tumor preservando la extremidad.