Más tarde, durante el Renacimiento europeo, el navegante Colón escuchó por casualidad que había maní en Asia y se dirigió allí. España lo apoya. Aunque no fue a Asia, descubrió un nuevo continente bastante digno de los españoles.
En resumen, Kyle Poirot debió haber estado en China, pero su imaginación era demasiado rica para escribir ese libro.