Ensayo sobre la historia de la langosta y el cangrejo ermitaño

Un día, una langosta y un cangrejo ermitaño se encontraron en las profundidades del mar. El cangrejo ermitaño vio que la langosta se estaba despegando de su duro caparazón, dejando al descubierto sólo su delicado cuerpo. El cangrejo ermitaño dijo nervioso: "Langosta, ¿cómo puedes renunciar al único caparazón duro que protege tu cuerpo?" A juzgar por tu situación actual, incluso un torrente te arrastrará hasta las rocas. Entonces, ¿por qué no mueres? "

La langosta respondió con calma: "Gracias por tu preocupación, pero no entiendes que cada vez que nuestras langostas crecen, tienen que deshacerse de sus viejos caparazones para que les crezca un caparazón más fuerte. Los peligros que enfrentamos ahora son sólo preparativos para un mejor desarrollo en el futuro. "

Los cangrejos ermitaños lo piensan detenidamente. Solo buscan lugares para esconderse durante todo el día y nunca piensan en cómo volverse más fuertes. Simplemente viven bajo la protección de otros todo el día. No es de extrañar que siempre limitan su propio desarrollo.

Lograr el crecimiento y el éxito de una persona requiere pasar por muchas dificultades. Las plántulas que no pueden ver el sol no crecerán fuertes y los niños que no sean alimentados engordarán. Para aquellos que temen el peligro, el peligro está en todas partes. Sólo afrontando los riesgos con valentía, aceptando los desafíos, enriqueciéndose y avanzando sin miedo se puede lograr un desarrollo ilimitado.

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