A principios de la década de 1980, Argentina experimentó una grave crisis económica y un movimiento a gran escala contra el gobierno militar encabezado por el presidente Galtieri. El gobierno argentino está tratando de aliviar la crisis interna tomando medidas militares contra las Malvinas. El 19 de marzo de 1982, los argentinos desembarcaron en Georgias del Sur e izaron su bandera. El 2 de abril, el presidente Galtieri ordenó el envío de tropas para ocupar las Malvinas y estalló oficialmente la Guerra de las Malvinas. Inicialmente, Gran Bretaña fue sorprendida por el ataque argentino y envió un grupo de trabajo naval para contrarrestar el ataque de la fuerza aérea y naval argentina. Los Royal Marines también se unieron a la batalla. Después de una feroz y ardua batalla, el ejército británico recuperó el control de las Malvinas. Sin embargo, Argentina aún no ha renunciado a su reclamo sobre las Malvinas. El impacto político de la guerra en ambos bandos fue enorme. La derrota de Argentina provocó un movimiento antigubernamental más amplio que finalmente condujo a la caída de la junta militar. En Gran Bretaña, un fuerte sentimiento de patriotismo se extendió por todo el país, fortaleciendo la autoridad del gobierno encabezado por la Primera Ministra Margaret Thatcher y ayudando al Partido Conservador británico a ganar el voto popular en 1983.