Primero: No prestes demasiada atención a tu propio comportamiento. Hay una diferencia entre estar solo en la universidad y tener miedo de la sociedad. Las personas a las que les gusta estar solas no le temen a la sociedad, simplemente prefieren su propia vida. La fobia social, por otro lado, se preocupa más por el propio comportamiento, teme que uno pueda decir o hacer algo incorrecto y se preocupa demasiado por el propio comportamiento. Y eso te hace parecer aún más incómodo.
Dos: Acéptate psicológicamente. La llamada fobia social se trata más bien de una baja autoestima, de sentirse inferior a los demás y de no atreverse a hablar o comunicarse. De hecho, todos somos iguales. Cada uno tiene sus propios puntos brillantes. Debemos aprender a aceptarnos psicológicamente. Mientras creas que eres el mejor, los demás no se atreverán a menospreciarte. De lo contrario, cuanto más te menosprecies a ti mismo, más te convertirás en un extraterrestre y fuera de lugar a los ojos de todos.
Tres: Potenciar la confianza en uno mismo. Las universidades no sólo valoran tu capacidad de aprendizaje, sino también tu capacidad integral, lo que les exige un desarrollo integral. Puedes aprender más técnicas para mejorar tu confianza en ti mismo, o puedes mejorar tu confianza en ti mismo cambiando tu apariencia.
Se puede decir que la universidad es un punto de inflexión en nuestras vidas. Algunos estudiantes eligieron un pasado confuso, mientras que otros eligieron una vida apasionante. Estos cortos cuatro años pueden enseñarnos mucho y cambiarnos aún más, por eso debemos aprovecharlos bien y no perder un tiempo precioso.