Los niños son propensos a sufrir convulsiones febriles.
Las convulsiones febriles son un problema que pueden experimentar niños de entre seis meses y seis años. Este síntoma puede estar relacionado con la genética y requiere que los padres presten suficiente atención.
Síntomas de las convulsiones febriles
Cuando un niño tiene una convulsión febril, puede ponerse azul, hacer espuma en la boca, apretar los dientes y ponerse rígido o tener espasmos. Estos síntomas pueden durar de 1 a 3 minutos y son simétricos. Durante este tiempo, el niño puede caer en coma, dejar de respirar y desfigurarse. Pero después de una siesta, suelen recuperar el conocimiento.
Causas de las convulsiones febriles
Las convulsiones febriles pueden estar relacionadas con la genética, pero también pueden estar causadas por infecciones, enfermedades cerebrales, anomalías metabólicas, etc. Los padres deben llevar a sus hijos al hospital a tiempo para un examen detallado y confirmar su condición.
Métodos para tratar las convulsiones febriles
Cuando un niño tiene una convulsión febril, los padres deben tomar medidas de enfriamiento oportunas, como bañarlo con agua tibia, aplicar toallas heladas, etc. Al mismo tiempo, es muy necesario preparar antipiréticos en casa. Pero por el bien de la salud de su hijo, se recomienda que lo lleve al hospital a tiempo para un examen detallado. Sólo el diagnóstico profesional de un médico puede determinar la condición de su hijo.