Un huracán es un ciclón tropical con fuertes vientos.
Los huracanes suelen ocurrir en verano y principios de otoño, y suelen venir acompañados de relámpagos y truenos. En tan solo un día, los huracanes pueden liberar suficiente energía para alimentar a todo Estados Unidos durante unos seis meses.
En la mayoría de las estructuras de tormenta, el aire se vuelve más cálido y se eleva cada vez más alto, hasta fluir finalmente hacia la atmósfera exterior. Si los vientos en estos niveles más altos son más ligeros, esta estructura de tormenta se mantendrá y desarrollará. El cielo está relativamente tranquilo en el ojo de un huracán, el centro del huracán. Los fenómenos meteorológicos más violentos ocurren en la atmósfera circundante cerca del ojo del huracán, llamada pared del ojo (del huracán). En los niveles superiores de la pared del ojo, la mayor parte del aire fluye hacia afuera, exacerbando el movimiento ascendente de la atmósfera.