Recuerde la historia y recuerde el periódico escrito a mano de 300 palabras de los mártires.

Escribe el tuyo propio

Practica tú mismo

Gente común y corriente, pero excelente

Es nuevamente el 5 de abril, el Día de la Limpieza de Tumbas. Todo el mundo pensaría que nuestra vida feliz se obtuvo gracias a la vida de innumerables antepasados ​​revolucionarios. No temieron el sacrificio ni el coraje de sus enemigos, y finalmente fueron liberados por toda la nación.

Mártires, cuando la nación china enfrentó un momento crítico de vida o muerte, ustedes construyeron la Gran Muralla con su propia carne y sangre y lucharon duramente contra los invasores imperialistas japoneses. Caíste, pero miles de “personas que no querían ser esclavas” se levantaron para heredar tus asuntos pendientes, fuiste tú quien transformó tu amor por la patria y por el pueblo trabajador en fuerza espiritual para luchar contra el enemigo durante; la batalla, avanzó sin temor al sacrificio y estableció una nueva China en la que el pueblo es el dueño del país, en el momento en que la construcción socialista era más necesaria, abandonó todo en su vida familiar y personal, dio un paso adelante; Adelante sin dudarlo, y sacrificaste desinteresadamente tus preciosas vidas. Se las diste a la patria y a su gente, y esparciste su sangre por toda la patria.

¿Cómo podemos faltarte el respeto? ¡Tus brillantes logros quedarán profundamente grabados en el registro histórico! ¡Tu fama brillará con el sol y la luna, y vivirá con los ríos! ¡Os admiramos, héroes desinteresados! Es precisamente gracias a sus innumerables mártires revolucionarios, su altivez y su generosidad que hoy tenemos el entorno pacífico y la prosperidad de nuestra patria.

Para aprender de su dedicación desinteresada, puedo ver a una persona en el autobús cediendo su asiento a una persona mayor: ese soy yo. En el salón de clases, el bolígrafo de un compañero se quedó sin agua, así que se lo presté. Cuando un compañero tiene un problema que no entiende, le cuento el problema. ......

Mientras aprendía de Lei Feng, una cosa me impresionó profundamente: era un día soleado. Llevé el auto a la casa de mi abuela. Subí al auto y busqué un asiento para sentarme. Pero en ese momento se acercó una anciana. En ese momento pensé, qué cansado estoy, no voy a ceder mi asiento. Así que no cedí mi asiento. En ese momento, el auto se detuvo y mi abuela casi se cae, así que le cedí mi asiento. La abuela me dijo tantas palabras de agradecimiento que hasta yo me sentí avergonzado.

A través de este incidente, entiendo que necesito ayudar más a los demás para ser felices. De ahora en adelante, debo ser como un mártir y hacer más cosas buenas y significativas para la patria y el pueblo.

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